Pirrón (en griego Πύρρων ο Ηλείος; Elis, h. 360-h. 270 a. C.) fue un filósofo griego de la Antigüedad clásica, y se le considera el primer filósofo escéptico, y la inspiración de la escuela conocida comopirronismo fundada por Enesidemo en el siglo I a. C.. Era natural de Elis –ciudad provincial al noroeste del Peloponeso, Grecia–. Hizo de la duda el problema central de toda su filosofía.
El único testimonio escrito de la obra pirrónica es una oda laudatoria dedicada a Alejandro Magno. Por este motivo, el legado de su doctrina filosófica nos ha llegado principalmente a través de su discípulo Timón el Silógrafo. Según su testimonio, Pirrón era tan radical en su postura que negaba que se pudiera llegar a los primeros principios de la deducción aristotélica. (Aunque no era tan radical como Antístenes que renunció a toda clase de filosofía).
No se sabe por qué motivos la Edad Media escolástica fue tan hostil hacia la filosofía pirroniana, pero como consecuencia de ello se destruyeron gran parte de los contenidos escépticos. Por conjetura inverosímil se puede deducir que al no estar Pirrón con el principio del silogismo (si A es B y B es C, entonces A es C), los escolásticos medievales no lo aceptarían.1
Tuvo gran ayuda de su discípulo Diónidas, que junto con sus compañeros esceptistas Pargus y Lopecio contribuyeron a la difusión de sus enseñanzas.
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